Los coloides (del griego kolas, que significa “pegar” o “pegarse”) son sustancias formadas por dos tipos de materiales diferentes, uno de ellos en estado líquido y otro en estado sólido y granulado, que se encuentra disperso en el primero. Por ejemplo: el merengue, el humo, la gelatina, la crema, un aerosol.
Los materiales que conforman un coloide se denominan: fase dispersora (el que se encuentra en mayor cantidad) y fase dispersa (el que se encuentra distribuido a lo largo de la fase dispersora). Los materiales de un coloide solo pueden ser separados mediante procesos químicos tales como el reposo o la coagulación.
Los coloides pueden formarse de dos maneras:
- Por dispersión. Cuando pedazos sólidos de un material son batidos o agitados en otra sustancia.
- Por condensación. Cuando la fase dispersa se condensa progresivamente en el interior de la fase dispersora por efectos de la temperatura y la presión.
Los coloides no deben confundirse con las suspensiones, ya que en estas últimas las partículas son mucho más pequeñas y se diluyen hasta formar una mezcla.
Ejemplos de coloides
- Nubes
- Niebla
- Humo
- Polvo en suspensión
- Lubricantes
- Gominola
- Aerosoles
- Aerogel
- Jabón
- Piedra pómez
- Tinta china
- Tejidos vivos
- Insulina
- Sangre
- Pintura vinílica
- Leche
- Gelatina
- Jaleas
- Mayonesa
- Queso
- Chocolate
- Jugo de frutas
- Manteca
- Margarina
- Vino
- Sidra
- Cerveza
- Helados
- Crema batida
- Espuma de afeitar
- Crema humectante
- Cristal de rubí