El epíteto es una de las figuras retóricas más utilizadas, sobretodo en la etapa renacentista, que consiste en el uso de adjetivos que no agregan información y que resultan innecesarios para comprender el texto, ya que suelen ser redundantes. Su función es darle énfasis al término al cual acompañan. Por ejemplo: El blanco lirio se encontraba en su florero favorito, El frío hielo comenzó a derretirse gracias al caluroso sol.
Ejemplos de epítetos
- La dulce miel se sentía antes de llegar a la cocina.
- La joven reposaba en el verde pasto mientras las mariposas volaban a su alrededor.
- El caluroso sol iluminaba la triste ciudad.
- La fría nieve había llegado para quedarse un largo tiempo.
- La roja sangre había sido derramada en el suelo.
- Siempre le gustaba visitar los verdes prados junto a su mascota.
- La noche oscura se hizo eterna para ambos.
- Sólo miraban la luna brillante y las palabras ya no fueron necesarias.
- La clara agua refrescó su rostro cansado.
- El frío helado sació sus ganas de comer.
- La blanca nieve embelleció todo el pueblo.
- El sol rubio se asomaba por detrás de las montañas cubiertas de nieve.
- El fuego caluroso se ubicaba en el centro de la ronda, en la que todos cantaban con alegría.
- Los caballos formaban un hermoso paisaje recostados en la verde hierba.
- La lluvia húmeda logró refrescar un poco la tarde.